Ahora que poco a poco las buenas temperaturas han llegado para quedarse, los amantes del buen café están pensando en una de las recetas preferidas para refrescarse.
Es el shakerato o café frío italiano, una bebida que se toma con hielo y que se prepara a base de un café espresso en una receta que todo buen barista conoce a la perfección. Te descubrimos los secretos de la verdadera receta del shakerato, así como sus ingredientes para un resultado verdadero profesional.
El origen del café shakerato nos lleva a Italia, donde nació esta bebida que es perfecta para disfrutar de un buen café refrescante cuando el calor empieza a apretar y cuyo nombre es fácil de adivinar ya que deriva del shaker o coctelera, pero en su versión italiana.
Todo un clásico moderno que se puso de moda en la década de los 90 en los bares y cafeterías de la localidad de Milán. Así es como empezó a servirse este espresso bien cargado con hielo y un toque de azúcar para añadirle algo de dulzor a esta mezcla homogénea que se agita con intensidad antes de dar el primer sorbo refrescante.
Son pocos y sencillos los ingredientes que se necesitan para preparar un shakerato y disfrutar de él como si estuviésemos sentados en una terraza de cualquier ciudad de la costa de Italia:
1. Dos o tres cubos de hielo que, ahí está el truco de profesional, se colocan en la coctelera para que al agitar enfríen el café y este no se quede aguado.
2. Dos cucharaditas de azúcar o de jarabe de azúcar para aportar ese matiz dulce tan apreciado y que es una elección que se hace en función de si se quiere un mayor o menor amargor en esta refrescante bebida.
Ya si se busca un toque más especial y sorprender a los amantes del café, se puede añadir un poco de licor de vainilla o una crema de leche y whisky para que el shakerato tenga ese detalle diferenciador, pero sin perder la fuerza de la que todo espresso presume y por la que es tan apreciado.
Con todo listo, solo basta conocer los pasos (igual de sencillos que los ingredientes) para preparar la clásica receta de un buen shakerato.
Estos son los imprescindibles, pero como es lógico, de nada sirven si no se cuenta con un principal ingrediente de calidad y este no es otro que el café. Y sin duda aquí siempre debemos confiar en las mejores marcas de café.
Lo primero de todo es preparamos un espresso bien cargado en nuestra cafetera preferida y lo dejamos enfriar un poco. Mientras tanto, podemos aprovechar este instante para echar en la coctelera el par de hielos que necesitamos para enfriar la bebida.
Ahora toca el turno de echar el espresso sobre el hielo y según el gusto de cada uno añadir o no azúcar.
Probamos el movimiento de muñeca con la coctelera bien cerrada y agitando con energía durante 30 segundos. Ya está perfecto para verter en un vaso pequeño o copa de Martini bien fría y dejarse embriagar por su frescor.
La anterior es la receta más clásica y ortodoxa, ideal para los amantes de un shakerato tradicional que no se sale de la norma, pero si se quiere innovar también hay varias preparaciones donde no se pierde la esencia de este espresso bien frío, pero con algún toque de originalidad que en boca es todo un placer.
❱ Con vainilla: usamos los mismos ingredientes, pero a su vez añadimos una cucharadita de esencia de vainilla (para potenciar el sabor) y empleamos la leche condensada y una rodaja de limón o naranja para darle un toque de sabor extra y decorar al final.
❱ Con caramelo: lo mismo que el anterior, pero, en lugar de azúcar nos decantamos por el jarabe de caramelo para los que prefieran un sabor más intenso. Es común que con esta variedad, antes de echar el café y en el vaso final se añada de primeras un poco de leche al gusto en el fondo.
❱ Preparar el clásico shakerato de siempre, pero al final experimentamos con los sabores añadiendo canela, nuez moscada o incluso un toque de licor tipo Amaretto.