En una tarde de verano no hay nada como una refrescante receta de café para deleitar al paladar y combatir las altas temperaturas de la manera más deliciosa. Y, para esta ocasión nada mejor que una bebida que se ha hecho viral y que sorprende con su toque refrescante, dulce, burbujeante y de sabor afrutado. Hablamos del espresso tonic del que te contamos todo sobre él y los pasos que todo barista seguiría para hacerlo perfecto.
El espresso tonic se ha convertido en una bebida popular y refrescante con muchos entusiastas, sobre todo cuando llega el verano gracias a una combinación sorprendente con el mejor café espresso y el detalle cítrico del agua tónica. La opción perfecta para los que buscan una bebida sofisticada, moderna y que se puede disfrutar en cualquier momento del día.
Tan solo tienes que seguir estos pasos para preparar un estimulante y delicioso espresso tonic de manera sencilla para conseguir un extra de sabor refrescante.
Lo primero de todo para hacer el espresso tonic en casa de forma sencilla es tener a mano los ingredientes, pocos, que se necesitan: café espresso, tónica que esté bien fría y cubitos de hielo como parte esencial. A estos ingredientes añadiremos, opcionalmente, rodajas de limón, lima o naranja; unas ramas de menta o hierbabuena y azúcar, miel o jarabe simple en función del dulzor que quiera darle cada uno.
Comenzaremos por el principio que no es otro que hacer un café espresso de buena calidad; esto es, que sea intenso y aromático ya que será la base de la bebida. Un truco de expertos: para un mejor resultado, lo mejor es usar granos de café frescos y de buena calidad y molerlos justo antes de preparar el espresso para aprovechar al máximo su aroma y sabor.
Si se desea un toque más dulce, se puede añadir un poco de azúcar o jarabe simple en el café aún caliente, antes de enfriarlo.
Una vez preparado el espresso, conviene dejarlo que se enfríe unos minutos o llevarlo directamente a la nevera ya que es importante que esté bien frío para que la bebida mantenga su carácter refrescante y no se diluya demasiado al mezclar con la tónica.
Elige un vaso alto y transparente, idealmente de vidrio, para apreciar las capas y la efervescencia de la bebida y llénalo hasta arriba con cubitos de hielo. La cantidad de hielo es clave ya que permitirá que la bebida esté fría durante más tiempo y el espresso se mantendrá en su estado óptimo.
Antes de añadir el espresso, vertemos lentamente la tónica fría en el vaso hasta llenarlo aproximadamente 3/4 partes. Es recomendable hacerlo de manera suave para que no se pierda demasiada efervescencia. Si se desea, se puede añadir unas gotas de zumo de limón o lima para potenciar todavía más el toque cítrico.
Con cuidado, se vierte el espresso frío sobre la tónica. Para lograr una presentación atractiva y evitar que la bebida se mezcle demasiado rápido, es bueno hacerlo despacio sobre la superficie de la tónica.
Ya solo queda decorar el espresso tonic con una rodaja de limón, lima o naranja en el borde del vaso; una ramita de menta o hierbabuena para dar un toque aromático adicional y añadir el dulzor al gusto, pero sin perder el sabor del café y la tónica que son los protagonistas.
Ahora sí ya estará perfecta esta bebida de lo más interesante, deliciosa y refrescante para este caluroso verano e ideal para todo coffee-lover.